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Un arte maltratado pero siempre poderoso

Tiempos desapacibles para el teatro

Según el prolífico director de la compañía teatral Schaubühne de Berlín, no hay teatro sin inversión pública a largo plazo y sin arraigamiento en la sociedad. Analiza aquí las condiciones a la vez “materiales y espirituales” de una renovación. Porque el teatro europeo no sólo sufre la austeridad, sino asimismo su propia tendencia a dejarse vencer por la ideología dominante.

por Thomas Ostermeier, abril de 2013

En las pretendidas democracias occidentales, la preservación del interés general obliga a cada Estado a cobrar impuestos cuyo producto será destinado, por diversas instituciones, a fines que ellas consideran justos o indispensables. Pido perdón por la banalidad de este preámbulo, pero es importante recordar hasta qué punto la noción de misión pública está inscrita en el núcleo mismo de nuestras sociedades para permitir a los individuos y a los grupos sociales… ¿Qué cosa? ¿Ser felices? ¿Tener éxito? ¿Instruirse? ¿Abrirse a otras ideas, a otras personas, a otros grupos?

La marcha triunfal del neoliberalismo, iniciada en Chicago en la década de 1970 y acelerada por el derrumbe del “socialismo real” dio como resultado la desregulación de los mercados financieros, y también la privatización de servicios e instituciones que hasta entonces pertenecían a la esfera pública. Ese cambio de paradigma influyó en la pérdida de legitimidad del teatro en ese mismo periodo. Una (...)

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