El regreso del transporte público

Tras la caída del comunismo, las autoridades locales dejaron de invertir en el transporte público moscovita debido a la falta de recursos. Los usuarios abandonaron los tranvías (de 1.400 a 250 millones de pasajeros al año entre 1995 y 2008) y los trolebuses (de 1.600 millones a 378 millones) y se volcaron parcialmente hacia los minibuses privados, más frecuentes y menos lentos. El número de usuarios del metro se redujo de manera menos significativa (de 3.100 a 2.600 millones de pasajeros al año). Avanzando por largos tramos, el metro es uno de los más rápidos del mundo. Sin embargo, los interminables trayectos a pie o en autobús necesarios para acceder a la boca más cercana hacen que este buen funcionamiento se olvide rápidamente: las estaciones están separadas entre sí por una media de 1,8 kilómetros. Inadaptados o atascados en el tráfico, los demás transportes públicos compiten, con dificultad, con el (...)