Cruces congestionados, vehículos en todos los sentidos, bocinazos furiosos... Parece París o Milán pero estamos en Pyongyang, República Popular Democrática de Corea (RPDC), en pleno mediodía. El tumulto es provocado por la Feria Internacional de Primavera, que tiene lugar en el parque de las Tres Revoluciones. En un gran pabellón de exposiciones, cientos de empresas norcoreanas y, sobre todo, extranjeras venden sus productos al gran público: ordenadores de último modelo y pantallas planas de Hong Kong o de Japón, cosméticos de Suiza, café de Malasia, refrigeradores de China, motores para bombas de Nueva Zelanda, zapatos norcoreanos, sin olvidar los productos vietnamitas, rusos... Incluso la European Business Association está representada. En un país bajo embargo internacional por decisión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el resultado es más que suficiente.
Ese día es extremadamente difícil abrirse camino por las calles, hay mucha gente. “Es el centro comercial de todos ellos”, (...)