Atenas, ciudad símbolo. Del 16 al 19 de mayo de 2011, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) celebró su primer congreso desde que empezó la crisis en el país de la zona euro más golpeado por la austeridad. Para los delegados presentes, la solidaridad con el pueblo griego pasaría por una coordinación europea de las respuestas: una ola unificada capaz de oponer una solución de recambio a la armonización de los salarios “a la baja” (véase el artículo "Restringir los ingresos, una idea estadounidense").
“Cruzaron el Rubicón. Lo más urgente es contrarrestar los planes de austeridad de la Comisión [Europea]”, declaró el presidente saliente de la Unión General de Trabajadores (UGT), el español Cándido Méndez. Puesto que la regresión social parece estar generalizándose, los delegados griegos proponen apoyarse en su “laboratorio” para elaborar estrategias: “El remedio [los planes de austeridad y la gobernanza económica] parece ser peor que la (...)