Entre las reivindicaciones planteadas por los militantes del movimiento Occupy Wall Street hay una que encuentra sus raíces allá lejos en la historia de Estados Unidos: la instauración de un tope a los altos ingresos. Desde la época dorada de la posguerra civil estadounidense, las grandes movilizaciones en favor de la justicia económica han expresado siempre esta reclamación, hoy llamado “salario máximo”. Esta fórmula no sólo abarca el salario sino la totalidad de los ingresos anuales; permite crear un vínculo de familiaridad con la noción de “salario mínimo”.
Fue el filósofo Felix Adler –conocido sobre todo por haber fundado y presidido, a comienzos del siglo XX, el National Child Labor Committee– el primero en hacer esta reclamación. Según Adler, la explotación de los trabajadores, jóvenes y viejos, genera inmensas fortunas privadas que ejercen una “influencia corruptora” en la vida política estadounidense. Para limitar esta influencia, proponía implementar un sistema fiscal fuertemente (...)