Una vez reelegido en noviembre de 2004, George W. Bush anunció que en adelante disponía de un capital político que estaba muy decidido a utilizar. Confortado por su nuevo mandato y una mayoría reforzada en el Congreso, el Presidente se apresuró a proponer iniciativas de política interior, en particular una reestructuración del sistema de jubilación de reparto. Bush inscribió estas reformas en el marco de la creación de lo que llama una sociedad de propietarios (ownership society).
En algunos ambientes está bien visto considerar al Presidente estadounidense como un vaquero de torpe elocución y limitada capacidad intelectual. Independientemente del acierto o no de esta descripción, la sociedad de propietarios constituye una de las piedras angulares de la estrategia neoconservadora destinada a transformar radicalmente la sociedad estadounidense. Lejos de limitarse a algunos lemas simplistas, esta elaborada estrategia se diferencia del neoliberalismo clásico. De ser adoptada, podría tener importantes repercusiones a escala internacional.
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