Hay palabras que encierran mundos. Ese “pero” con el que nos topamos permanentemente, desde comienzos de los años noventa, cada vez en más artículos de los grandes diarios franceses, merece que nos detengamos a analizarlo. Su historia es la de una articulación entre las representaciones mediáticas del inmigrante y el discurso dominante sobre esta temática indisociable: la integración.
A finales de enero de 2004, Le Parisien publicó una serie de seis artículos bajo el título Musulmanes que lograron integrarse, ilustrada con fotos de los protagonistas. “Traje gris plomo, camisa a rayas azules haciendo juego con una corbata amarilla, cabello peinado hacia atrás, Karim, nacido en Mantes-la-Jolie hace 24 años, acaba de abandonar su puesto bien remunerado de técnico comercial para crear su propia empresa”. “La dueña del lugar, Najia el-Mouna Cifi, 46 años, parece salida de una publicidad de Afflelou. Cabello corto, gafas rectangulares negras, suéter oscuro y maquillaje perfecto, la (...)