¿Adónde vamos?

No resulta nada fácil hacer grandes declaraciones sobre el arte contemporáneo, sobre cual es su función, o debería ser, sobre adónde se dirige, o lo que debería hacer, más allá de subrayar su marcha inexorable hacia el mercado en el centro del sistema. Ya sabemos que para comprender cómo funcionan las cosas, hemos de analizar los sistemas de poder. En cuanto al sistema de arte los problemas son qué debería incluirse, quién debería hacerlo, y cuáles son los criterios a emplear para tal inclusión. Pierre Bourdieu señala que “una de las mayores preocupaciones de las luchas que se llevan a cabo dentro del campo artístico es la definición de los límites del mismo campo, es decir, el total de gente con el derecho legítimo a participar en dicha lucha. La cuestión en juego es la “definición de las prácticas legítimas”, y en última instancia el derecho a (...)