Entre los numerosos peligros que, al parecer, acechan Estados Unidos, el senador McCain hace particular hincapié en la amenaza que representa Rusia, a la que describe generalmente en términos que estuvieron reservados en su momento a la antigua Unión Soviética. El senador Obama, por su parte, tiende a concentrarse de manera más nítida en peligros contemporáneos, como el terrorismo nuclear, la guerra biológica y el cambio climático. Y aunque los dos hablan de revitalizar la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), McCain hace referencia a la histórica misión de líder de Estados Unidos, mientras que Obama enfatiza la necesidad de una mayor humildad estadounidense para obtener el apoyo y la ayuda de Europa.
Estas diferencias reflejan, más que matices o retórica, percepciones contrapuestas en cuanto a la naturaleza de la emergente amenaza mundial al entorno y las mejores maneras de enfrentarse a estos nuevos peligros.
En gran medida, estas diferencias surgen (...)