Un poco de historia. La cooperación española para el desarrollo es fruto del cambio de un país pobre y sometido a una dictadura, a otro que aspira a convertirse, como rico y democrático, en protagonista de la vida internacional. En ese proceso, la política de cooperación se ha adaptado a los tiempos. En 1975, la pobre y aislada España todavía figuraba como receptora de ayuda. La primera decisión que modifica el panorama vincula la ayuda española al desarrollo a ayudas a las empresas locales para su internacionalización por medio de créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD).
De esos polvos vendrán muchos lodos. Se llevará a cabo un proceso de institucionalización, que conducirá a la Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo, adoptada en 1998, y a una cierta politización de la ayuda en función del partido que gobierne. Es un periodo corto, pero intenso, en el que la juventud (...)