En medio del ataque de los principales medios de comunicación a la política económica del gobierno, el presidente Rafael Correa ha mantenido tasas de popularidad y de respaldo a su gestión que superan el 60%. Desde el restablecimiento de la democracia en 1979, ningún Presidente ecuatoriano había logrado retener durante tanto tiempo –19 meses– tan altos niveles de credibilidad entre la población. Ello resulta aún más sorprendente si se considera que, en septiembre de 2006, Correa quedó en segundo lugar, con tan sólo el 23% de los votos. Su triunfo posterior, ante el multimillonario bananero Álvaro Noboa, con el 57% de los votos, catapultó al joven economista –que se autocalifica como de izquierda cristiana– y a su flamante movimiento Alianza País (AP) al ejercicio del poder para el periodo 2007-2011.
En los seis primeros meses de gobierno, Correa puso todo su empeño en el cumplimiento de sus principales ofertas de campaña. (...)