Para el Presidente del Consejo italiano, Silvio Berlusconi, las cosas son sencillas: “He mandado a su casa a Prodi y a los comunistas, y he fichado a Ronaldinho para el Milan AC. En suma: he cumplido con todas las promesas que hice antes de las elecciones”. Pero para otros observadores de la vida pública italiana, como la gente del semanario Carta, el Gobierno de Berlusconi, aliado con las fuerzas post-fascistas, está innovando e inventando un ultraconservadurismo de nuevo cuño. Según Pierre Luigi Sullo, director del semanario, este Gobierno, en su esencia, ha cambiado con relación al que el mismo Cavaliere presidía en 2001: “Ya no es la feroz farsa de un neoliberalismo ‘carnavalesco’ como el que pretendía representar en 2001. Es mucho peor aún, mucho peor. Todavía no hemos empezado a comprender su verdadera naturaleza”.
De ahí que sea necesario estudiar en detalle esa inquietante metamorfosis. La situación italiana se (...)