En términos de progreso social, el Reino Unido ha perdido diez años, y se nota. Si se toma como medida la esperanza de vida, la salud de los británicos está en proceso de deterioro, cuando a lo largo de más de un siglo se habían acostumbrado a verla mejorar año tras año. Al mismo tiempo, las desigualdades en materia de salud van en aumento. Vale para Inglaterra, y con más razón aún para Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
Es la sociedad en su conjunto la que se paraliza cuando la salud de la población deja de mejorar. Los datos acumulados a nivel mundial certifican así que el estado de salud es un buen indicador del progreso económico y social. Una sociedad próspera presenta por lo general una salud rozagante. A la inversa, profundas disparidades económicas y sociales se traducen en desigualdades en materia de salud.
Por supuesto, la forma en que (...)