- CARLOS ALONSO. – Manos anónimas, 1976
Desde su toma de posesión como presidente de Argentina, el 11 de diciembre del pasado año, Javier Milei ha mostrado cuál es su verdadero –si no único– proyecto en materia de cultura: liquidarla. Su primera decisión consistió en reducir el ministerio a un secretariado cuya dirección puso en manos de un productor teatral privado. La segunda fue remitir al Congreso una ley elefantiásica conocida por el nombre de “ley de bases” (o “ley ómnibus”, debido a sus 664 artículos), cuyo capítulo 3, dedicado a las cuestiones culturales, proponía recortes de personal, el desmantelamiento y, en algunos casos, la eliminación de algunas de las instituciones más dinámicas y fecundas del país, como el Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales (INCAA), parangonable al francés Centro Nacional del Cine y la Imagen Animada (...)