- LAURA HENNO. – Mokatir, Comoras, 2017 | © LAURA HENNO - CORTESÍA DE LA ARTISTA Y DE LA GALERÍA NATHALIE OBADIA PARÍS - BRUSELAS
Los pasajeros, todos con un móvil o una botellita de agua en la mano, desembarcan de la barcaza que conecta Petite-Terre con Grande-Terre, las dos islas que componen Mayotte. El calor en Mamoudzou, la capital del departamento, es sofocante: 33° C. Cerca del embarcadero, grupos de expats (‘expatriados’) beben cerveza en el Camion Rouge –“the place to be” (‘el lugar donde hay que estar’)– o en el Camion Blanc –“un bar sencillo y acogedor”. Ya sean negros, morenos o mulatos, los mahoreses, musulmanes, evitan el alcohol (“en público –se ríe un exprofesor de la Francia metropolitana– ¡en el insti, nos juntábamos en las colinas para echar un trago!”).
Unos kilómetros más allá, en (...)