Pánico en la web: en abril de 2014, los informáticos descubrieron que un fallo vuelve vulnerable uno de los softwares de criptografía más utilizados en el mundo. Ese programa establece los protocolos de seguridad, representados por el pequeño candado que aparece en la barra de inicio del navegador. Se supone que garantiza la confidencialidad del intercambio de datos entre un sitio web y sus usuarios, por ejemplo, en el pago on-line. Ha sido introducido en redes sociales, servicios y sitios comerciales para prevenir que terceros puedan interceptar cualquier información. Ahora bien, ese programa, denominado OpenSSL, presenta una particularidad: es un software libre.
Más allá de la cuestión de la seguridad, la detección de ese agujero (llamado “Heartbleed”) plantea una pregunta: ¿cómo un software crucial para la mayoría de los actores del mercado web –algunos de los cuales reúnen cientos de millones de dólares de beneficios– puede ser diseñado y mantenido por (...)