Si bien Mr. Wordsworth, encallado con el Strathmore la noche del 2 de julio de 1875 en estas rocas de los márgenes del mundo, se alimentaba esencialmente de albatros cocidos que condimentaba con pólvora de fusil, los modos de vida en las Tierras Australes y Antárticas Francesas (TAAF) han cambiado mucho desde entonces. Mientras que, para el náufrago inglés, “tener un sueño era como recibir una carta por correo”, el viajero contemporáneo podrá permanecer conectado con el resto del mundo a través de Internet, a pesar de los tres mil kilómetros que lo separan de la tierra habitada más cercana. A una velocidad muy lenta, de acuerdo, pero conectado. También tendrá derecho a tres comidas diarias, a horas determinadas, de media hora de duración, y ni un minuto más. Desde 1950, las islas Kerguelen se han dotado de la estación técnica y científica permanente de PAF (Port-au-Français). En lugar de vivir (...)
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LAS KERGUELEN, UNA VISIÓN DEL ESPÍRITU…
Días felices en las islas de la Desolación
Partir hacia tierras australes para vivir lejos de toda agitación corresponde al viaje ideal… Pero la realidad es menos romántica: en estos lugares austeros con paisajes de una belleza infinita reinan los numerosos imperativos de las autoridades francesas de la metrópolis. Y los poetas apenas tienen tiempo de soñar.
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P.-S.
Reportaje fotográfico de Klavidj Sluban