Kinshasa, 29 de octubre de 2010, Ministerio de Comunicación. Hace ya tres horas que habría debido imprimirse la autorización del reportaje. A falta de aire acondicionado, un torpor sin encanto invade la antecámara de la oficina: no hay electricidad. En la República Democrática del Congo (RDC), la corriente no es continua ni alterna. Es intermitente. “Hay que esperar a que vuelva el ministro, es el único que puede decidir si se enciende el grupo electrógeno. Con la SNEL [Sociedad Nacional de Electricidad], nunca se sabe cuándo vuelve la corriente”. Ante los incesantes racionamientos, todo el día se oye la tos de los cansados motores de los generadores.
La RDC no es un caso único. En abril de 2008, el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo sonar la alarma: en la mayoría de los países del África subsahariana, la falta de infraestructura energética, de transporte y de agua, así como de tecnologías de (...)