La rebelión de Sudán del Sur nació en julio de 1955, incluso antes de la independencia del país, proclamada el 1º de enero de 1956. El batallón de la guarnición de la ciudad de Torit se sublevó contra sus oficiales. Con eso expresaba el rechazo del Sur, cuya población es animista y cristiana, a ver las llaves del país devueltas a una elite nordista que, aliada con el colonizador, quería imponer en todo el Sudán una identidad árabe-musulmana exclusiva.
La guerra que se desencadenó con el nombre de movimiento Anyanya (“veneno de serpiente”) duró hasta 1972. El movimiento estaba sostenido por las Iglesias, por la Etiopía del Negus y por Tel Aviv, en el contexto de la Guerra Fría y del conflicto árabe-israelí. El independentismo de los sudaneses del Sur era percibido como la traducción de una línea de fractura entre el Este y el Oeste, el mundo árabe y el (...)