Durante la Guerra Fría, cuando el capitalismo estadounidense y el socialismo soviético eran los modelos que competían por la hegemonía mundial, la metáfora del Telón de acero se utilizó para describir la división del planeta. De un lado y del otro, el Telón de acero mantenía a la gente adentro y la información afuera. A pesar de un clima permanente de guerra inminente, la población de cada lado sabía poco sobre la realidad del otro. La idea que se tenía de la vida en el bloque opuesto se basaba en prejuicios y en informaciones fragmentadas.
Cuando terminó la Guerra Fría, los modelos de manipulación de la información fueron “privatizados”. La omisión, la distorsión y la descontextualización se convirtieron en grandes armas de los conglomerados mediáticos en su combate contra todo aquél que se opusiera al nuevo orden mundial y a las ventajas que éste ofrece al gran empresariado, el cual incluye (...)