El sistema de salud suizo inicia una nueva etapa de su mutación hacia el mercado. En 2012, entrará en vigor una reforma del financiamiento de los hospitales, que instaura una feroz competencia entre los establecimientos hospitalarios y abre nuevos mercados para las clínicas privadas reconocidas por el Estado. Según las autoridades federales, esta medida permitirá contener la subida de los costes sanitarios. Pero, desde hace varios años, la cantinela de la “explosión de los costes” justifica la reducción de las prestaciones o la aportación de los asegurados para financiar los gastos. Sobre todo, constituye la única respuesta oficial al fracaso social del seguro de salud, un sistema que, en Suiza, descansa únicamente en el sector privado.
La creación de una cobertura obligatoria y universal, en 1996, permitió desde luego importantes progresos sociales: ya a nadie se le puede negar el acceso a la atención médica básica, tal como sucedió hace un (...)