Vivir en la “era de la máquina” sabemos que ha condicionado todas las formas de vida. Sin duda, quien lo asumió y elogió con euforia fue el futurismo, aunque su imagen ha quedado marcada por su vinculación al fascismo italiano. Por encima de esta consideración, Juan Mancebo plantea su legado como una fuente irrenunciable para entender varios fenómenos contemporáneos. Y acierta al hacer hincapié en la relación entre modernidad y vanguardia dentro del campo de la arquitectura, como lugar excepcional desde donde abordar vitalmente tensiones e implicaciones que aún hoy tienen una resonancia considerable. Así, por encima de la ruptura epistemológica con la tradición que supone esta vanguardia, Mancebo enfatiza cómo ser futurista significa estar comprometido con la modernidad.
El libro es un pormenorizado estudio de la evolución del movimiento, estando atento también a otras dimensiones básicas de las estéticas del futuro: publicidad, diseño gráfico y el arte de masas. Pero, (...)