“Aún hay militares que viven en los tiempos de la guerra de la independencia (1948) o de la campaña del Sinaí (1956). Con ellos, todo se resume en tanques, en controlar territorios o en saber qué territorios están controlados, en ocupar una u otra colina. Pero todas esas cosas carecen de valor. (…) La guerra del Líbano (2006) quedará en la historia como la primera guerra en la cual el mando militar comprendió que la guerra clásica se había vuelto obsoleta”.
Estas declaraciones de septiembre de 2008 no provienen de un pacifista israelí cualquiera, sino de Ehud Olmert. Sería necesario un Jacques Lacan para descifrar el inconsciente de este primer ministro culpable de una catastrófica guerra en el Líbano en 2006, con la que reincide en Gaza, al mismo tiempo que pretende que su país renuncie a una visión estrecha de la seguridad.
No hay duda de que comparte con la mayoría (...)