Las tecnologías digitales han transformado y ampliado la esfera de la comunicación. De eso no hay duda. Pero ¿han mejorado acaso la calidad de la democracia?
En su prefacio, Juan Manuel Eguiagaray Ucelay, director del Laboratorio de Alternativas (la Fundación Alternativas es coeditor del libro) duda de ello. Se corre el riesgo, affirma, de que “las posibilidades abiertas por la tecnología y el ahorro de costes no sólo amplíen las desigualdades en el acceso a los bienes culturales de los grupos sociales sino que, además, por encima de las apariencias, asistamos a una creciente concentración de poder en algunos grupos dominantes y a una expresión declinante de la diversidad cultural”. Un pesimismo compartido por Enrique Bustamante, el cual en la introducción explica que, “en todos los medios de la Era Digital, la sola dinámica del mercado, suponiendo su liderazgo, arroja resultados ampliamente dudosos desde el punto de vista del beneficio general (...)