Lejos de los radares mediáticos, un grupo de artistas jóvenes africanos, nietos de las independencias, negros y blancos, conectados por algunos blogs y por un puñado de nuevas revistas panafricanas, están provocando una revolución cultural en el continente, ocupando un territorio hasta entonces reservado a las imaginaciones occidentales: el de la ciencia ficción. Para parafrasear al filósofo senegalés Souleymane Bachir Diagne, en un continente en que la fábrica del porvenir está en crisis, el sentido viene del futuro. De ello se hacen eco los “hombres invisibles” del colectivo 3D Fiction, comprometidos con la “posibilidad de una escritura compartida sobre el porvenir de Dakar”, cuando afirman: “El futuro invocado por el relato hace nacer un nuevo tiempo presente, que cuestiona nuestro presente”.
Hasta finales de los años 2000, para el continente africano la distopía, el despliegue de un mundo temido –una de las dimensiones de la ciencia ficción– no tenía razón de (...)