Movilidad, consumo, liberalización de los intercambios: para las instituciones internacionales, el turismo es un poderoso vector de globalización. Pero no sólo eso: si se cree a la Organización Mundial del Turismo (OMT, la institución especializada en el seno del sistema de las Naciones Unidas), constituiría también “un motor esencial del progreso socioeconómico”. Así, en 2006, con ocasión de la 5º Jornada Mundial de Turismo, la OMT lanzó una campaña de comunicación titulada “El turismo, fuente de enriquecimiento para las personas, las familias, las comunidades y el mundo entero”, a fin de “crear más conciencia de los efectos positivos” que pueda tener: “Ventajas económicas, mejor entendimiento entre los pueblos, empleos en las zonas rurales, protección del medio ambiente…”. Ya se conocía el “trade, not aid” (“comercio, no ayuda”); ahora viviríamos el tiempo del “travel, not aid”: viajes, no ayuda… ¿En verdad es posible compartir una visión tan idílica de las cosas?
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