Para quien aspire a las más altas posiciones sociales, aprender a sentirse cómodo en contextos sociales y culturales diversos representa una gran ventaja. Ya en el siglo XVII, el “Gran Tour” perfeccionaba la educación de los jóvenes aristócratas. Ese viaje de varios meses los llevaba no sólo a conocer a sabios y mezclarse con sus pares de otros países, sino también a envilecerse viviendo en condiciones materiales menos confortables a las acostumbradas.
El “Gran Tour” no desapareció. Más aun, prestigiosas escuelas han integrado este tipo de periplo en sus planes de estudios: “En un mundo de fronteras cada vez más abiertas, la formación tiene que ser internacional”, puede leerse en la página web oficial del prestigioso Instituto de Estudios Políticos de París, popularmente conocido por Sciences Po. Es que, como lo explica el sociólogo Norbert Elias, a medida que la violencia física disminuye en la vida social, la distinción comienza a (...)