La oposición armada iraquí otorga gran importancia a la comunicación, en términos que superan ampliamente la mera voluntad de aterrorizar. Esta voluntad inspira una producción de textos e imágenes asombrosamente abundante y diversificada, que sería erróneo reducir a sus especímenes más brutales. Las amenazas de los panfletos intimidatorios ocultan una impresionante cantidad de análisis desapasionados, detallados y lúcidos de la estrategia a seguir para vencer al adversario. Del mismo modo, las secuencias de vídeo más monstruosas eclipsan a multitud de filmes de una calidad a veces cinematográfica, que van desde “conferencias” en árabe clásico sobre la fabricación de explosivos hasta verdaderos cortometrajes de presentación emitidos por nuevos grupos que hacen su primera aparición pública.
Los grupos más visibles de la oposición armada disponen de órganos especializados consagrados a la “información”. La difusión de sus mensajes cuenta con muchos sitios de internet, algunos de los cuales semejan verdaderas “agencias de prensa” online (...)