Nunca antes se vieron tantas obras surrealistas, se habló tanto del surrealismo, se escribió tanto sobre el surrealismo. Lo atestiguan el ensayo que acaba de publicar Mary Ann Caws, Surrealism, las exposiciones Paris et les surréalistes en la actualidad en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona y The Gaze of Desire, la photographie surréaliste en la Hamburger Kunsthalle. Sin olvidar las dos grandes exposiciones —Surrealism: Desire Unbound, en la Tate Modern de Londres (2001) y en el Metropolitan Museum de Nueva York (2002), y La Révolution surréaliste en el Museo Nacional de Arte Moderno de París (2002)— cada una de las cuales convocó multitudes.
Frente a esta profusión de publicaciones y exposiciones, parece legítimo interrogarse acerca de la manera en que se da cuenta del surrealismo ¿Cómo puede transformarse una aventura entretejida de amor, luchas, pasiones, esperanzas y desesperanzas en un hecho cultural transmisible, un pedazo de historia, un repertorio (...)