Las comunidades humanas sólo pueden vivir juntas compartiendo sistemas simbólicos tales como: lenguas, escrituras, disciplinas del conocimiento, tradiciones técnicas y profesionales, convenciones estéticas, instituciones políticas, reglas religiosas y jurídicas, etc. La “cultura” de estos sistemas simbólicos distingue la raza humana de las otras especies de animales sociales. La función principal de los intelectuales es estudiar los sistemas simbólicos con los cuales las comunidades humanas viven en simbiosis, así como velar por su articulación, su buena marcha y su perfeccionamiento. En la nueva cultura mundial de la inteligencia colectiva, esta responsabilidad es más urgente que nunca. Los intelectuales contemporáneos pertenecen principalmente a tres categorías, llamadas cada vez más a trabajar de forma conjunta: investigadores en ciencias humanas y sociales, investigadores en ciencias y técnicas de la información, y responsables de la transmisión de las herencias culturales.
En este principio del siglo XXI, los intelectuales se enfrentan a los pródromos de una enorme (...)