El libro principal de Donatien Alphonse François de Sade es Las ciento veinte jornadas de Sodoma (1785). El autor aborda allí el “mundo perfecto” de una sociedad totalitaria, que el cineasta italiano Pier Paolo Pasolini, en su película Saló (1976), transpuso a la completa debacle de la Italia fascista de 1944. Imaginando el secuestro masivo de individuos jóvenes y viejos de ambos sexos, dotados de todos los vicios y de todas las virtudes, por un grupo de hedonistas libertinos, el marqués de Sade construye el “mundo perfecto” de la producción sexual, que tiene como finalidad el “gozo absoluto” (el de los libertinos). En última instancia ese gozo no era más que el fantasma y la representación de una productividad récord y absoluta.
Contemporáneo de los comienzos de la industrialización, Sade propone una visión más radical que la de los economistas fisiócratas, sus contemporáneos, que veían en la racionalización de la agricultura (...)