A partir del anuncio de la muerte de Hugo Chávez como consecuencia de su cáncer y de complicaciones ligadas a su tratamiento, los acontecimientos se han precipitado. A la designación del vicepresidente Nicolás Maduro como jefe de Estado interino siguió la decisión del Consejo Electoral Nacional de fijar el nuevo escrutinio presidencial para el 14 de abril, conforme al plazo de treinta días previsto por la Constitución. Apenas una semana después de la muerte de Chávez, Maduro fue investido por la fuerza mayoritaria en la Asamblea, el Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), para aspirar a la sucesión del jefe de Estado en las próximas elecciones, mientras que Henrique Capriles, el candidato derrotado en la elección de octubre último, recibía sin entusiasmo la investidura de la coalición de oposición, la Mesa de Unidad Democrática (MUD).
La pregunta que mantiene en vilo a todos los ánimos en ocasión de esta campaña electoral (...)