La publicación el 29 de mayo, en el Wall Street Journal, de una información según la cual la multa impuesta al BNP-Paribas podría ascender a 10.000 millones de dólares produjo un shock. Al banco se le acusa de haber infringido, entre 2002 y 2009 y a través de su filial suiza, los embargos impuestos por Estados Unidos a Cuba, Irán y Sudán. El caso ilustra de manera drástica la evolución de la jurisprudencia y de las prácticas judiciales en materia de finanzas internacionales. Desde hace varios meses, otros dos establecimientos franceses, Société Générale y Crédit Agricole, también se encuentran en una situación delicada con las autoridades estadounidenses.
Incluso antes de este anuncio, el presidente François Hollande había escrito a su homólogo estadounidense para alertarle acerca del “carácter desproporcionado de las sanciones previstas” contra BNP-Paribas. Christian Noyer, gobernador del Banco de Francia, expresó su sorpresa al ver la aplicación del derecho estadounidense (...)