El espionaje exterior de Marruecos, conocido por sus siglas DGED y dirigido por Mohamed-Yassin Mansouri, un civil, amigo del propio rey Mohamed VI, viene aumentando su presencia en la Unión Europea, donde actúa como interlocutor privilegiado del Gobierno de Rabat, por encima incluso de sus representaciones diplomáticas y en conflicto, a veces, con ellas.
Según algunas fuentes, los servicios europeos de inteligencia presentes en Marruecos (incluido el CNI español) habrían “informado a sus gobiernos respectivos de la tendencia del espionaje marroquí a penetrar en medios religiosos y comunitarios”. Sin embargo, el Ministerio español de asuntos exteriores que dirige Miguel Ángel Moratinos se limita a hacer la vista gorda, a la espera de que ocurra algún acontecimiento. En contraste con la actitud que tuvieron las autoridades de Rabat durante la crisis de Perejil, en julio de 2002, durante el segundo mandato de José María Aznar, cuando lanzaban acusaciones contra periodistas españoles (...)