Alejándose de su habitual retórica étnica, el general “rebelde” de Kivu del Norte, Laurent Nkunda, exigió el mes pasado la renegociación de todos los contratos firmados por el Gobierno congoleño con las empresas chinas. No hay que equivocarse: la guerra que asuela Kivu, al igual que las dos anteriores de 1996-1997 y 1998-2003, no es “étnica”, sino que apunta al saqueo de los prodigiosos recursos del Este congoleño por parte de intereses particulares. El subsuelo congoleño rebosa de metales escasos. Concentra el 60% de las reservas mundiales conocidas del tantalio, el 10% del cobre, entre el 30% y el 40% del cobalto, pero también el 10% del niobio, el 30% de los diamantes (sólo en la región de Kasai), así como uno de los yacimientos de oro más prometedores del planeta.
Los focos de tensión parecen desplazarse en función de la cotización de las materias primas en los mercados mundiales. La (...)