Los tiempos en que la investigación genealógica era un pasatiempo exclusivo de jubilados que buscaban datos en los archivos polvorientos de los ayuntamientos rurales, han quedado definitivamente atrás: la biotecnología y la informática se apoderaron de este terreno. Actualmente se ofrece al público una amplia gama de productos, que responden a los interrogantes existenciales sobre el origen de la humanidad, sobre sus lazos familiares, o su pertenencia comunitaria. Se recurre a los conocimientos de expertos en genética para dar un tono científico a esos requerimientos apremiantes, que a veces responden a intenciones menos neutras: búsquedas clandestinas de paternidad, aplicación de legislaciones para reglamentar las corrientes migratorias...
Por su lado, el “Proyecto Genographic” tiene ambiciones más elevadas. Ese programa mundial de estudio genético de las poblaciones, sin ninguna implicación médica, está dirigido a los lectores de la revista National Geographic, y encierra una promesa: “Emprender una investigación única, destinada a reconstituir la (...)