En tiempos de crisis, la reelección en la primera vuelta de un jefe de Estado que ya lleva dos mandatos no es algo muy corriente. La de Evo Morales, con el 61% de los votos, habría merecido, por lo tanto, destacarse más. Más porque su éxito electoral se da en un país, Bolivia, que vio desfilar a cinco presidentes entre 2001 y 2005, y que además presume de un descenso de la pobreza del 25%, un aumento del salario mínimo real del 87%, la reducción de la edad de jubilación y un crecimiento superior al 5% anual, todo desde 2006. Dado que es importante, se nos dice, devolver el encanto a la política, ¿por qué no dar a conocer más estas buenas noticias? ¿Será porque se explican por reformas progresistas y porque sus actores son regímenes de izquierdas?
Discretos acerca de los logros de los Gobiernos latinoamericanos de izquierdas, los grandes (...)