Entre las regiones del mundo víctimas de las políticas neoliberales, América Latina ocupa un lugar privilegiado. Ninguno de los proyectos de integración regional ha escapado a sus efectos destructores. Las medidas de liberalización comercial y financiera han acelerado el control de los mercados internos de cada país por las grandes corporaciones de los países del centro del capitalismo mundial. También han acentuado la dependencia de las economías regionales respecto a los mercados exteriores.
Sin embargo, al mismo tiempo que los países de Europa Occidental y de América del Norte proseguían sus procesos de integración, algunos proyectos del mismo tipo se ponían en marcha, especialmente en América del Sur. Estaban dirigidos a proteger, aunque fuera mínimamente, las economías de la región de las consecuencias negativas de la globalización. En los años ochenta y noventa, se pusieron en marcha dos proyectos antagónicos: por un lado, el Mercado Común del Sur (Mercosur), que incluye (...)