“¿Adónde ha ido a parar nuestro dinero? ¿Adónde?”. La angustia en la voz de Maria Klimenkova, de 65 años, es palpable. Esta contable jubilada está entre esos 160.000 ucranianos, la mayoría de clase media-alta, cuyos ahorros se volatilizaron por culpa de la depuración del sistema bancario llevada a cabo entre 2014 y 2017 por orden del Banco Nacional de Ucrania (NBU), el banco central del país. En 2015, Maria perdió 64.000 dólares (58.000 euros al cambio en aquel entonces), el equivalente a doce años de salario medio, tras la liquidación del banco Finance and Credit, en el que había guardado sus ahorros.
Insolvencia, estructuras de propiedad opacas, préstamos entre partes relacionadas, manipulación de informes financieros, negligencia por parte de las autoridades bancarias y judiciales: el sector bancario ucraniano lleva décadas aquejado de las malas prácticas heredadas de la formación del sistema financiero tras la caída de la Unión Soviética. En 2014, (...)