El malestar de una burguesía económicamente acomodada y culturalmente favorecida está omnipresente en la obra de James Graham Ballard. La forma de vida de sus miembros les resulta vacía y conformista, hasta conducirlos, como en este texto, a una espiral autodestructiva y violenta.
La rebelión del barrio de Chelsea Marina cosechaba rápidos progresos. Más de la mitad de los residentes participaban en los actos de protesta. (...) Muchos de los activistas llevaban a cabo importantes profesiones liberales. Médicos, arquitectos y abogados desempeñaron un papel esencial en la sentada para protestar ante el Ayuntamiento de Chelsea contra las nuevas tarifas de aparcamiento. (...)
Los primeros enfrentamientos con la policía tuvieron lugar una semana después de mi regreso. Unos agentes judiciales trataron de entrar por la fuerza en la casa de un joven contable y de su mujer. La pareja, que tenía cuatro hijos, se negaba a pagar los prohibitivos costes de la Marina (...)