El compositor y pedagogo musical alemán Carl Orff (1895-1982) fue de los pocos grandes artistas que decidieron quedarse en Alemania cuando los nazis llegaron al poder en 1933. Seguramente consideró que no corría riesgos elevados dado que su perfil más público era reconocido como conservador.
Aún y así ciertas relaciones de tipo asociativo impidieron que su figura fuera percibida por los nazis como netamente libre de sospecha. Como músico, y durante la época de la República de Weimar, estuvo vinculado a la Vereinigung für Zeitgenössische Musik (Asociación para la Música Contemporánea) y al Münchner Bach-Verein (Asociación Bach de Munich). Entre 1927, fecha de su fundación, y 1931, la Vereinigung organizó cuatro festivales en los que fundamentalmente se interpretaron obras de compositores vivos como Schönberg, Hindemith, Bartok y Stravinsky, entre otros. Pero también se tocaron, y precisamente a instancias de Orff, algunas obras de todos los tiempos, a veces versionadas, como su (...)