El departamento francés de Aube [en Champagne] tiene fama de ser una zona anclada en la derecha. François Baroin, el diputado y alcalde de Troyes, su principal “aglomeración”, no era otro, hasta el pasado 15 de mayo, que el ministro de Economía y Finanzas de Nicolas Sakozy. Antes de la desaparición de la industria textil, el movimiento obrero estaba fuertemente implantado en la zona. Pero hoy, la antigua Bolsa de Trabajo está a punto de ser transformada en centro comercial. “Un escándalo” para los comunistas de la ciudad, que crearon una asociación para defender la memoria del lugar. Heredero de estas luchas obreras, el Partido Comunista Francés (PCF) constituye un centro neurálgico en la organización del Frente de Izquierda (Front de Gauche). Los militantes se dan cita en la sede de su diario La Dépêche de l’Aube, en la avenida Anatole France, para organizar sus reuniones y aprovisionarse de octavillas. (...)
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El Frente de Izquierda o el fin de una maldición
Los electores de Jean-Luc Mélenchon, cuyas previsiones eran todavía mejores, están decepcionados por los resultados de su candidato (11,1%). No obstante, obtener casi cuatro millones de votos no es en absoluto un mal balance para el bautismo de fuego presidencial de una galaxia de izquierda dispersa durante largo tiempo. El Frente de Izquierda espera influir sobre las decisiones financieras del próximo gobierno.
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