Tratándose de la guerra de Corea (1950-1953), más que de una guerra “olvidada” habría que hablar de una guerra desconocida. El efecto increíblemente destructor de las campañas aéreas estadounidenses contra Corea del Norte –que incluyeron ataques continuos y masivos con bombas incendiarias (fundamentalmente napalm); amenazas de emplear armas nucleares y químicas, y la destrucción de gigantescos diques norcoreanos al final de la guerra– es imborrable. Sin embargo, esos hechos son poco conocidos, incluso por los historiadores, y los análisis de la prensa sobre la cuestión nuclear en Corea del Norte en los últimos 10 años nunca los mencionan.
Suele pensarse que la guerra de Corea fue una guerra limitada, pero se parece mucho a la guerra aérea contra el Japón imperial durante la II Guerra Mundial, y a menudo fue llevada a cabo por los mismos responsables militares estadounidenses. Los ataques contra Nagasaki e Hiroshima fueron objeto de numerosos análisis, en (...)