No todos los días se ve un referéndum popular que decreta que el agua es un bien público nacional. Sin embargo, en Uruguay no constituye un estreno. En ese país desdibujado del continente, el movimiento social logró frenar considerablemente el neoliberalismo y las privatizaciones antes de permitir a una coalición de izquierda –el Frente Amplio– que reagrupa unas treinta organizaciones (de la extrema izquierda a la centroderecha) tomar el poder.
El recurso al voto, sea por medio de referéndum de “iniciativa popular” o por plebiscito, es parte integrante de la democracia uruguaya. En 1980, en plena dictadura militar (ver recuadro) el gobierno militar elaboró una Constitución y la sometió a plebiscito: fue rechazada por el 57,9% de los electores. Nueve años más tarde, y en un aparente movimiento pendular, la ley llamada de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado que aseguraba una casi total inmunidad a los responsables de las (...)