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Mal consentido. La complicidad del espectador indiferente

Aurelio Arteta

Alianza Editorial, Madrid, 2010,

320 páginas, 20 euros

por Carmen Romero, marzo de 2011

La pasividad ante el mal sin procurar impedirlo, nos convierte en cómplices o colaboradores necesarios por su misma pasividad. El autor sitúa el País Vasco, donde ejerce la docencia, como laboratorio para reflexionar sobre la abstención de quienes colaboran con los daños en forma de silencio o disimulo. “Cabe esperar que no seamos agentes directos del sufrimiento injusto y más probable resulta que nos toque figurar como sus pacientes. Pero lo seguro es que nos contemos a menudo entre sus espectadores”. La excusa de no saber, lejos de disminuir, con frecuencia agrava más bien la culpa. Y junto a los espectadores individuales, advierte Arteta, habrá que alienar asimismo los institucionales y los internacionales. “La cuestión incluso es si la ignorancia del mal no es ya un componente del mal mismo, sino un mal que hace posible el otro y al que se añade; un mal reduplicado. Sólo así puede (...)

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