António Guterres, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, afirmó que “el siglo XXI será el de los pueblos en movimiento”. El fenómeno no es nuevo. Los seres humanos se han desplazado siempre aunque sólo fuera unos kilómetros, incitados por la búsqueda de tierras cultivables o expulsados a causa de conflictos. Las tensiones económicas, las crisis políticas, las guerras y las catástrofes naturales continúan arrojando a los emigrantes a la marcha. Éstos, cada vez más numerosos, circulan de un lado a otro del planeta y no están dispuestos a quedarse inmóviles.
Estas personas, nacidas en un país distinto del que residen, representan actualmente el 3% de la población mundial, frente al 2% de hace cuarenta años, y constituyen virtualmente, unos 200 millones de personas, el quinto país del mundo. En este paisaje globalizado, donde se cruzan flujos de mercancías, de capitales y de informaciones, los emigrantes han adquirido una (...)