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Equívoca evolución de la Organización Internacional del Trabajo

Los mercaderes al asalto del derecho social

No necesitar un “motivo justificado” para el despido. Ese es el sueño de muchas patronales europeas. Para satisfacer esta demanda, los Gobiernos de la Unión Europea deberían denunciar la convención nº 158 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que España, por ejemplo, ratificó en 1985. Luchar contra semejante retroceso se revela cada vez más difícil para la agencia de la Organización de las Naciones Unidas.

por Chloé Maurel, marzo de 2015

Cada quince segundos un trabajador muere víctima de un accidente o de una enfermedad vinculados a su trabajo. El derrumbe (más de mil cien muertos) del taller textil del Rana Plaza en Dacca (Bangladesh) el 24 de abril de 2013, simboliza las condiciones de empleo cercanas a la esclavitud de muchos obreros en el mundo. Pero también es posible citar, en los países del Norte, los repetidos suicidios de empleados de grupos privatizados, destrozados por una dura política empresarial (Orange, Renault, La Poste…)

Para luchar contra estas situaciones, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) busca aumentar su influencia. Primera agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) creada en 1919 [con la Sociedad de Naciones, predecesora de la ONU], posee una estructura tripartita, que reúne en pie de igualdad a los representantes de sus 185 Estados miembros con los empleadores y trabajadores que viven en ellos. Su actividad, principalmente normativa, (...)

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