Irán podría convertirse en una “potencia regional muy próspera” si lograra un acuerdo sobre su programa nuclear con los países del grupo conocido como “G5+1” (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania), afirmaba recientemente Barack Obama. Nunca antes el Presidente estadounidense había dado a entender de una forma tan clara que lo que está en juego en las negociaciones sobre el programa nuclear iraní excede de lejos la cuestión de las centrifugadoras y el enriquecimiento de uranio. Un regreso de Teherán a la escena de Oriente Próximo no sólo transformaría las relaciones entre los dos países; rediseñaría de manera fundamental el mapa geopolítico de la región.
El camino hacia un acuerdo sobre el programa nuclear iraní sigue estando sembrado de trampas. Las dos partes, cuyas posiciones estaban demasiado alejadas, ya tuvieron que prolongar las negociaciones en dos ocasiones (véase "Negociaciones cruciales sobre lo nuclear"). Pero la (...)