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Las grandes etapas de una relación tempestuosa

¿Ha terminado el tiempo del odio entre Estados Unidos e Irán?

La perspectiva de un acuerdo sobre la energía nuclear iraní esboza una posible reaproximación de las relaciones entre Teherán y Washington. Sin llegar al renacimiento de una vieja alianza que data de la época del sah, este acercamiento podría repartir de nuevo las cartas estratégicas de Oriente Próximo. Con la condición de que las dos partes acepten olvidar su desconfianza mutua.

por Trita Parsi, marzo de 2015

Irán podría convertirse en una “potencia regional muy próspera” si lograra un acuerdo sobre su programa nuclear con los países del grupo conocido como “G5+1” (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania), afirmaba recientemente Barack Obama. Nunca antes el Presidente estadounidense había dado a entender de una forma tan clara que lo que está en juego en las negociaciones sobre el programa nuclear iraní excede de lejos la cuestión de las centrifugadoras y el enriquecimiento de uranio. Un regreso de Teherán a la escena de Oriente Próximo no sólo transformaría las relaciones entre los dos países; rediseñaría de manera fundamental el mapa geopolítico de la región.

El camino hacia un acuerdo sobre el programa nuclear iraní sigue estando sembrado de trampas. Las dos partes, cuyas posiciones estaban demasiado alejadas, ya tuvieron que prolongar las negociaciones en dos ocasiones (véase "Negociaciones cruciales sobre lo nuclear"). Pero la (...)

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