Hace unos tres años tuve el gusto de leer (y de alabar en estas columnas) la novela de Jesús del Campo, Castilla y otras islas, cuyo titulo oximorístico augura una vocación de utilizar choques burlescos de conceptos e ideas, piruetas verbales que pudieran resultar improcedentes o gratuitas, cuando de hecho forman la sustancia de una narración estructurada.
Así sucede en Berlín y el barco de ocho velas, una visita a la capital alemana con fantasmas incluidos, según Del Campo. A nuestro alcance: Berlín con su historia, referencias cinematográficas, musicales y literarias –todo combinado– sin que el autor menosprecie el Modern Style.
Utiliza como eje narrativo sus propios recorridos por la ciudad, y como brújula orientativa el disco ’Berlín’, de Lou Reed: “Haendel está inmóvil en el avión de TUYfly. La corona de KLM se le acerca, les alcanza hasta ocultarse tras él por unos segundos le abandona en busca de la pista (...)