Aun a riesgo de ser tachado de vanidoso, no me resisto a citar el artículo que escribí en el diario El Mundo el 23 de abril de 2004, en el que me atrevía a prevenir al Gobierno recién formado de José Luis Rodríguez Zapatero (acababa de ganar las elecciones) del riesgo que corría de que se le culpabilizase de la crisis cuando ésta sobreviniese. En aquel momento toda España aceptaba, incluyendo el propio Partido Socialista (PSOE), la buena herencia que, en materia económica, dejaba el Partido Popular (PP). Tal actitud era peligrosísima para el PSOE. El hecho de que no supiese entonces poner el contrapunto a una visión tan optimista, denunciando los desequilibrios que presentaba ya la economía española tenía forzosamente que acarrearle pasar más tarde por único responsable de la crisis cuando hiciese su aparición.
Y efectivamente así fue, ya que el nuevo Gobierno no sólo no denunció los fallos (...)